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lunes, 16 de mayo de 2011

Depresión Postparto. Segunda parte.


Paulina escribe:

“Leí tu texto de la depresión postparto y me remontó a cosas muy dolorosas… Toda esa soledad, esa tristeza… esperar nubecitas de algodón y recibir mierda… Podría enumerar muchas cosas aquí...

Efectivamente el embarazo no fue miel sobre hojuelas y el nacimiento de Benjamín hizo que algo cambiara en mí. Inicialmente estaba muy triste por no darle leche por, tal cual lo dices, no cumplir con las expectativas ni exigencias de mi suegra, mi pareja, mi madre, ni las mías propias… Necesitaba ayuda, apoyo… Buscaba construir una realidad al lado de Fabián, pero cuando me di cuenta, Fabián no estaba, sus apariciones eran intermitentes en la relación, y yo dejé de estar ahí. Sólo estuve para Benjamín - No termino de creer que haya salido de mí, siendo yo lo que soy – hacia él he tenido los sentimientos más honestos. Es él quien me conoce como de manera mágica. Es hacia él con quien siento el lazo afectivo más fuerte en lo que llevo de vida…

Como dicen tus evaluaciones: Me gusta pensar que no todos los cielos serán grises… Me tengo que levantar del puto hoyo que he cavado en tantos años, porque habrá cosas buenas, logros y metas que alcanzar y cosas que compartir. Pero efectivamente, no creo que venga nada igual que Benjamín…. Él me ha ayudado a levantarme tantas veces…. Y digo que vendrán cosas mejores y sé que no puedo concentrar mi existencia en su existencia, porque se va a asfixiar…”

Como podemos apreciar, la depresión posparto es una complicación seria. Se asocia a
múltiples factores de riesgo como[1]:

  • Que la madre haya sufrido maltrato en la infancia, negligencia y/o abandono.
  • Embarazo no planeado, no deseado y no aceptado.
  • Embarazo en adolescentes.
  • Historia de trastornos psiquiátricos previos, en particular antecedentes de depresión previos al embarazo.
  • Estrés durante la gestación, en particular estrés laboral y/o académico.
  • Bajos niveles de soporte social que incluye disfunción de la familia de origen.
  • Insatisfacción en la relación de pareja.
  • Madre soltera.
  • Temperamento infantil.
  • Obesidad.
  • Baja autoestima.
  • Estatus socioeconómico bajo.

En la entrada anterior ya se expuso la expresión de la sintomatología depresiva en el postparto. Sin embargo, considero relevante mencionar que estos síntomas afectivos que se presentan durante el período de posparto, independientemente de si son causados por la depresión posparto o un efecto depresivo general, tienen importantes consecuencias para la salud de la mujer, el desarrollo del bebé y su estado de salud.

En términos de salud materna, la depresión se ha asociado con obesidad después del parto, comprometiendo su estado funcional, y a quejas somáticas que las conducen a una mayor utilización de los servicios de salud. Los síntomas depresivos se relacionan con una variedad de problemas en la madre, como: fatiga, dolor de cabeza, náuseas, dificultades para la lactancia, dolor de espalda, dolor vaginal al momento de mantener relaciones sexuales (dispareunia) y problemas urinarios o intestinales[2].

Del mismo modo, existe una relación directamente proporcional entre la intensidad de los síntomas depresivos durante el período posparto y un pobre soporte emocional por parte de los padres, es decir, los ambos enriquecen menos el desarrollo psicomotriz, el vínculo afectivo y el comportamiento prosocial en los infantes.

Actualmente hay evidencia de que la intensidad de la sintomatología depresiva durante el puerperio se asocia a un menor número de visitas a los servicios de medicina preventiva para el bebé (vacunación, consultas para crecimiento, dieta, salud oral etc.) y a un mayor uso de los servicios de salud para los bebés, incluyendo hospitalizaciones y visitas a urgencias[3].


Agradeceré sus dudas y comentarios al respecto.


[1] JABFM May–June 2011 Vol. 24 No.
[2]Birth 2008;35:179–87.
[3]doi: 10.3122/jabfm.2011.03.100201

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