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viernes, 13 de agosto de 2010

@define con una frase ¿para ti qué es la depresión? ....




Dedicado a ACHA




…. @Tristeza

La depresión es la ceguera del alma,
el silencio,
la ausencia,
la soledad recalcitrante.

Es sumergirse en un mar de tinta negra y quemarse por dentro.
Es andar sin luz
sin camino
sin final.

Es ser esclavo y  torturado dentro de una prisión sin puertas
sin esperanza
sin aliento
sin piel ni huesos.

Es ser Prometeo atado a la piedra de  tus pensamientos
sin hambre ni sed
sin vísceras ni deseo.

Es estar muerto y vacío.
Ser un fantasma avergonzado,
observado por todos,
carente de sentido.

Es gritar sin voz,
reptar solo por la madrugada,
conectado sin fe
renunciando a la realización del goce


@Colectivo



Alejandro Salamonovitz escribe:

“La interpretación exitosa es la que permite [….] cambiar la palabra por la poética”.

Al leer esta frase soy conciente de que “sé que se” sin embargo lo que “sé no sé que es”. Es decir, sé lo que dictan las neurociencias sobre la depresión sin embargo al enfrentarme a tal ruptura epistemológica sé que no sé cómo sientes tú la depresión. Parece complicado, pero la psicoterapia se basa en escuchar,  reconstruir y remodelar y al percatarme de la necesidad de saber para los otros que es la depresión y comprendí que acto psicoterapéutico completo es escuchar,  reconstruir, remodelar e interiorismo (la poética como lo nombra Salamonovitz).

Para abordar el conflicto anterior, planteé la pregunta a través de Twitter y Facebook - define con una frase ¿para ti qué es la depresión? –.  Recibí 26 comentarios, los participantes son  personas de distinta edad, preferencia sexual, diverso estrato social y  ocupación. El común denominador de 22 de los comentarios fue la expresión de displacer y observo que al conceder la palabra existe una manifestación de la función simbólica, es decir la capacidad para expresar la dimensión inconsciente en metáforas. Por estas características, es solamente a través de una voz vertida en una “red social” que hace las veces de sistema psíquico de defensa (sin rostro y sin contacto) que los participantes (d)enuncian y puede dejar aparecer su construcción  emocional, incluso como uno de los participantes al expresar curiosidad (¿y tú a que hora duermes?).

            Desde esta piedra angular se reconoce así, hermenéuticamente, la existencia de un vínculo entre la escucha (sustituida por “te leo”) y la facilidad  para expresar la vivencia de  las emociones, la riqueza del imaginario, el “twit” como sustituto de la palabra y “la red” como la expresión de pertenencia. 


A este respecto Andrea me preguntó hace poco: “¿qué tipo de cosas se escriben en los historiales médicos? por ejemplo ¿qué se escribe con sólo entrevistar a alguien? es decir, si no hubo ningún tipo de examen del cual se pudieran anotar los resultados, ¿entonces qué se escribe? ¿qué se toma en cuenta para formar parte del historial?”. Andrea es parte de mi “red” y la vivo como una mujer con una gran suspicacia, sensible e intuitiva. Su pregunta me confrontó, ya que en  general el acto psiquiátrico suprime la palabra y encuadra la expresión del conflicto interno  en criterios diagnósticos - similar a un “check list” de supermercado - sin embargo ¿qué poética le doy como psiquiatra a la experiencia humana “de no sentirse”, de enmudecer, de la asfixia psíquica? ¿Cuántas veces he confundido la depresión con la fatiga, con el enojo ó con un sentimiento irreparable de pérdida? …. No es tarea fácil, ser escucha es ser  partícipe de la dimensión inconsciente y las metáforas personales, es como Virgilio que acompaña a Dante a través del infierno - Nadie puede ingresar solo a su infierno pues corre el riesgo de perderse y no volver a encontrarse jamás Para comprometerse con otro es menester conocer tu propio infierno y haberlo reconstruido a través de una poética personal. Los versos arriba transcritos son en su totalidad son los “en respuesta a @arandaymd” y los “… ha comentado tu estado”


La consideración anterior rebasa los planteamientos de la psiquiatría mecanisista positivista que construye el DSM V con síntomas sin voz y patologías para las cuales se empléa el recetario como mecanismo contrafóbico cuando se percibe las brasas del propio malestar. Lo que promueve que finalmente la psiquiatría acabe por anular  la dimensión simbólica predominando la dimensión biológica.

En conclusión “la remodelación psíquica” es promover el reconocimiento de las sensaciones para “ayudar” al otro a “familiarizarse” con sus propias emociones. El “interiorismo poético” es quizá “ayudarles” a descubrir el alimento simbólico del que se tiene necesidad.