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sábado, 11 de febrero de 2012

Divorcio: Reflexión a posteriori






We´ve been throught this such a long long time
just tryin´ to kill the pain
but lovers always come and lovers always go
and no one really sure who´s lettin´ go today
walking away...
November Rain – Guns And Roses[1]


Adam was created with two bodies, one of which was cut away from him and formed Eve.
Génesis Rabbah[2]

En noviembre del 2010 me aboqué al tema que titula el presente texto[3]. El interés surgió ya que a mí alrededor parecía existir una “epidemia” de divorcios. Parejas de amigos y conocidos estallaban sin dejar rastro. Acompañe a alguno de ellos durante el agresivo, doloroso y ambivalente trance, que por su carácter y naturaleza artera, muchas veces me dejaban sin aliento y otras muchas tantas sin palabra.

Tras un ejercicio autocrítico amplio, un año después, al leer el texto, me enfrento a la comprensión de que lo expuesto solo es débil retórica. Los planteamientos iniciales están sobrecargados de afectos confusos y un “deber ser o un debió haber sido” difuso. Las premisas son pretenciosas y derivan en meras alusiones alegóricas salpicadas de descripciones fenomenológicas parciales. Jamás preví que muchos de los argumentos alarmaban por su irresponsable parcialidad. La estructura del ensayo enfrenta graves debilidades documentales por lo que el desarrollo temático es