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jueves, 28 de octubre de 2010

Sectas que AAbusan



Nobody's gonna slow me down
Like a wheel, gonna spin it
Nobody's gonna mess me round
Hey Satan, payed my dues
Playing in a rocking band
Hey Momma, look at me
I'm on my way to the promised land
I'm on the highway to hell
(Don't stop me)
AC/DC

Dedicado al Warpig[1], a Lydia Cacho y a Marisol Tapia.

Kelsen en su libro Teoría General del Derecho y el Estado se plantea la siguiente pregunta “¿en qué consiste la relación de superioridad e inferioridad jurídicas?”

Para abordar dicho cuestionamiento parte del supuesto que todos somos sujetos de derechos y deberes desde el nacimiento hasta la muerte y que el Estado, lo mismo que otras personas, se encuentran sometidas al orden jurídico. Como sujetos de derechos y deberes, el Estado y el individuo son iguales. La relación de superioridad e inferioridad jurídicas no puede consistir, por lo tanto en la naturaleza de los deberes y los derechos, Estado y sujeto son iguales[1].

Me pregunto, ¿qué sucede cuando existe una clase política embestida de superioridad jurídica? Para contestar esta pregunta solo basta con observar la realidad en nuestro país. Entre más estratos existen entre la base y la

miércoles, 27 de octubre de 2010

Purgatory





 “El Estado como realidad social cae bajo la categoría de Sociedad”
Hans Kelsen

Thinking of an age old dream, 
Places I have never seen. 
Fantasies lived times before. 
I split my brain, melt through the floor. 
Over clouds my mind will fly, 
Forever now I can't think why. 
My body tries to leave my soul. 
Is it me?
I just don't know”. 
Iron Maiden

Citemos fenómenos contemporáneos:

La noche del 3 de septiembre del 2009 un “asesino solitario”  fusiló a 18 adictos con un AK-47 en el “Centro de Rehabilitación El Aliviane”, en Ciudad Juárez[1]. El 25 de octubre del 2010, en un “ataque del narcotráfico” un comando de pistoleros asesinó a 13 personas en el “Centro de rehabilitación para adicciones “El Camino” en Tijuana y minutos después se escuchó en la frecuencia de radio policíaca “Esto es el inicio, ejecutaremos a 135 personas por los 134 toneladas de marihuana que nos quitaron”[2]. Esto ocurrió a menos de 36 horas en las que  un “comando armado” dejó 14 muertos en una fiesta en Ciudad Juárez [3]. En Morelia, el 26 de octubre del  2010, muere recluido en un centro de rehabilitación de Puruándiro Luís Alberto Tapia Cervantes, de 20 años de edad víctima de supresión súbita de drogas que le condicinó  delirium y estatus epiléptico[4]. En junio del 2010 el legislador del Congreso de Chihuahua, Víctor Manuel Quintana, comparó la masacre de 18 internos del “Centro de Rehabilitación Fe y Vida” como el tercer suceso acaecido en el estado, la primea se dio en 1 de septiembre del 2009 en el “Centro de Laliviani” y el segundo el 15 de septiembre, en el “Anexo de Vida” donde ejecutaron a  10 sujetos , esto en menos de 10 meses y  compara la situación nacional con la  limpieza étnica Bosnia donde  Escuadrones de la muerte llevaban  a cabo matanzas  de jóvenes adictos que consumían droga del cártel contrario[5].

Los “Anexos”, “Granjas”, "Haciendas de cuarto y quinto paso", “Centros de rehabilitación A.C.” operan y se multiplican en un área gris, prácticamente sin regulación federal, estatal ó municipal. Al interior la regla es la “ley del más fuerte” y en muchos casos los adictos, abandonados por sus familias y desprotegidos por un marco legal, se convierten en víctimas de toda clase de abusos físicos y psicológicos. El secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, señaló que los “casos aislados de ejecuciones” suceden en  “centros de rehabilitación privados” pues son más vulnerables ante eventuales ataques armados. En entrevista con López Dóriga se refiere a “ataques entre grupos” y agrega “Es complicado tener control, porque nuestra obligación es atender a quienes solicitan ayuda médica y no les vamos a preguntar: ¿oiga, usted es narco?.... se refirió a las agresiones armadas contra los centros de rehabilitación de adicciones de Ciudad Juárez y la capital de Chihuahua y manifestó que en el país operan 304 albergues Nueva Vida y 111 Centros de Integración Juvenil, mientras las instituciones privadas suman casi mil 800”[6]. Cabe mencionar que los Centros Nueva Vida no son “Albergues” sino clínicas de prevención sin áreas de hospitalización y que Centros de Integración Juvenil está constituída como una A.C., no es parte de la estructura de los servicios de salud y sólo cuenta con 10 unidades de internamiento[7] y para un adecuado manejo de los trastornos relacionados con sustancias se requiere una fase de desintoxicación, manejo de comorbilidades (daños físicos, neurológicos ó psiquiatricos derivados del consumo), rehabilitación y reinserción social. 

Ante este escenario ¿Qué sucede?,  ¿el discurso de Víctor Manuel Quintana sobre la “limpieza étnica” y la respuesta oficial de Córdova Villalobos reflejan el abominable desconocimiento del fenómeno de las adicciones ó se alinean en un mismo sentido?

Para legitimar nuestro análisis se debe partir de una crítica amplia. En primer lugar es conocido por todos que el tabaquismo, el abuso de alcohol y otras drogas son una emergencia de salud pública que rebasa la esfera de lo individual e impacta gravemente el ámbito social, cultural, económico y político. Cruza desde el incremento de enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, hepáticas y se agrega al incremento en la prevalencia de depresión, suicidio, violencia familiar, muerte y lesiones por accidentes automovilísticos y riñas, hasta fenómenos insoslayables como lo son las víctimas “colaterales” de los retenes militares,  “sicarios” de 16 años con “cuernos de chivo” acribillados en las calles, carros bomba  y la “insurgencia criminal” que permea al gobierno.  El abuso de sustancias colapsa la salud física y mental, aísla a los individuos y los expulsa de la comunidad humana al dividirlos, enajenarlos y criminalizarlos y polariza a la sociedad en diversos bandos fácilmente sugestionables. Ante estas evidencias  debemos reconocer que el Gobierno se muestra tibio e  hipócrita en lo que  respecta a una visión de Estado que alineé las estrategias de  prevención, tratamiento y rehabilitación de adicciones con el desarrollo educativo, económico y social. Las instituciones en general están desgastadas y paralelamente el sistema de salud se colapsa al intentar paliar las consecuencias derivadas de este fenómeno in crescendo.   El oficialismo delirante no nos deja olvidar que en  México estamos en medio de una guerra mediatizada, politizada,  psicótica y ambigua,  donde llueven balas, corre sangre y  no se distinguen bandos sí es que los hay.

La penosa realidad en materia de seguridad, salud y adicciones es que ante una emergencia el ciudadano queda desprotegido. Es casi nula la promoción de la salud frente a trasnacionales que trazan la política económica y en materia de salud[8]. Los toxicológicos están saturados, los hospitales medico generales no cuentan con la infrestructura y el capital humano para atender este tipo de entidades nosológicas, los psiquiátricos que cuentan con servicios especializados son insuficientes,  los Centros Nueva Vida son uno más de los elefantes blancos de CONADIC y los  Centros de Integración Juvenil le entran con gusto a la pachanga del clientelismo político a través de su lideresa quien siempre está ávida de tomarse la foto con el político en turno[9]. Es lamentable que para auxiliar a un adolescente con un episodio psicótico secundario a inhalables se tenga que peregrinar mientras entre este puñado de actores  y sus socios se esfuma el presupuesto destinado para este rubro.  El resto de las organizaciones realizan esfuerzos atomizados, duplicados y petardezcos ante el grave incremento en el consumo de alcohol, tabaco y drogas en sus áreas de influencia y para obtener recursos se deben de prestar a espectáculos circenses de  “reality show” que comercializa con  la miseria humana[10].  Como muestra del fracaso institucional está la Encuesta Nacional de Adicciones[11]

Por otra parte, el gran esfuerzo de científicos mexicanos se va al caño, pues todos los que  colaboran desde hace 5 años para alistar la vacuna contra  la cocaína y los opiáceos no encuentran plataforma de  despegue pues corren a contra corriente de los  intereses “militaristas”, de la industria farmacéutica,  “empresarios”,  centros de “rehabilitación”, políticos,  consultorios particulares y hasta de la Iglesia.   Analicémonos sin lugar a hipocresías: del fenómeno de las adicciones ganamos todos menos quién las padece. 


Ante este escenario la Dra Pérez Perdomo concluye que “cuando un Gobierno pierde la capacidad de ser facilitador y fiscalizador de los servicios de salud se encuentra ante un e(E)stado de ingobernabilidad” y sobre este caldo de cultivo  crecen radicalismos de los cuales no somos concientes hasta que encontramos en la mochila de nuestro hijo adolescente una “tacha” ó  una “grapa” y no sabemos que hacer.

No perdamos de vista este fenómeno, pues ayer se criminalizó a los “maricones”, hoy se criminaliza al “adicto”, mañana a quién ¿a los “gordos”?, ¿a los “diabéticos”? ¿a los “ninis”?.....



La Ilustración pertenece a la colección de LeLarve:

“Apocalipsis NOW…”

TÉCNICA: Giclée
Tamaño: 130 x 60 cm
Papel liberón 300gr.
COSTO: $ 10, 500 m.n. más gastos de envío.