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jueves, 17 de junio de 2010

De la monstruosidad al genio. Parte 1


Hace algunos años, antes de iniciar la especialidad en psiquiatría, pensaba que la agresividad y la violencia eran algo intrínseco a la naturaleza del “ser humano”. Lo entendía como el vapor de una olla express que se tiene que descargar sistemáticamente y a través de un mecanismo regulador. Sospechaba que la capacidad de expresión de la conducta violenta estaba inscrita genéticamente y que el aprendizaje social estaría íntimamente relacionado. Sin embargo, tras cruzar las arenas movedizas de las llamadas neurociencias y evitar la fantasmagórica alegoría psicoanalítica, en el cuarto año de la especialidad me apasioné por estudiar este fenómeno.

El siguiente artículo es uno de los primeros abordajes serios que hice al respecto por lo que será reproducido sin modificarse.


De la monstruosidad al genio

Considero que,