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viernes, 24 de septiembre de 2010

A Woman to left lonely. Parte 2.




"A woman left lonely is just a victim of her man, yes she is when he can't give up his whole world, no she's got to do the best that she can...." Janis Joplin

Llegó 20 minutos tarde lo cual no es habitual en ella. Guardé silencio. Observé sin expectativa y sin memoria. Janis miraba a través de la ventana recorriendo el atardecer que se apaga entre tonos azul violáceos. La penumbra que inundaba el consultorio hacía notar su rostro aún más pálido. El delineador negro alrededor de sus ojos me daba la impresión de lágrimas negras. Tenía la sensación de que algo estaba muriendo en ese instante. Sin mirarme rasga el silencio y consigna – “me gustan los hombres feos” - y nuevamente se sumerge en el silencio. Yo tenía la sensación de no existir, probablemente si saliera de la habitación ella no lo notaria. Aguardé y minutos después dijo “No me importa que sean feos pero me molesta que mis amigas me lo digan”. Consideré que se trataba de una representación de la construcción devaluada del hombre ó una proyección de si. No dije nada. Terminó el tiempo.


Me pregunto ¿Qué son los hombres feos?, ella escribió anteriormente algo que me puede permitir aproximarme a la respuesta:

jueves, 23 de septiembre de 2010

A Woman to left lonely




"A simple conversation for the new men now and again
 Makes a touchy situation when a good face come into your head". Janis Joplin 

A Janis la conocí en la Clínica de Adicciones del Instituto Nacional de Psiquiatría. En aquel momento era una adolescente cautiva entre los renglones de su carnet de citas. Se había acostumbrado a responder las entrevistas diagnósticas estructuradas mientras los residentes aporreaban con furia la máquina de escribir sin siquiera notar su presencia. Sonreía poco, lo que hacía de tez pálida un atardecer lacónico.

En la primera cita la observé y guardé silencio. Alzó la cara. Los rasgos finos de su rostro resaltaban una mirada dura, suspicaz, que no temía sostener la tensión y mucho menos el silencio. Sinceramente no recuerdo cómo fue la primera sesión sin embargo el primer acuerdo que tomamos fue ignorar los 7 diagnósticos que lapidaban un grueso expediente que no decía nada de ella. Poco tiempo después retiramos los 4 psicofármacos que simbolizaban la fobia de los 6 psiquiatras que la habían “visto” antes que yo. Ningún cataclismo acaeció al dejar los “chochos” y