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sábado, 15 de diciembre de 2012

Trastorno Afectivo Bipolar



Los principales datos que conforman una alteración bipolar son: fluctuación del estado de ánimo entre episodios de manía y depresión. Estas variaciones son muy notorias para las personas que conviven con los pacientes. Los trastornos bipolares se presentan en 0.4 a 1.2% de la población general. Por lo regular desarrollan su primer episodio de manía, entre los 20 y 40 años de edad, aunque también existen episodios severos que se presentan en la adolescencia. El inicio más tardío de cuadros de manía debe descartar problemas neurológicos o médicos.

En la manía, el estado de ánimo elevado es un dato cardinal pero existe la posibilidad de que esté presente todo el tiempo; en vez de éste se puede presentar irritabilidad severa que puede llegar a la ira. Algunas veces los síntomas depresivos irrumpen en el estado de ánimo y se presentan como labilidad emocional. Existen también: presión en el habla (continua, rápida y sin espacios o silencios entre palabras o frases), fuga de ideas (cambio de temas en el discurso, como brincando de una idea a otra), incremento en la actividad psicomotora (no pueden estar mucho tiempo en una postura) y decremento de la necesidad de sueño (dos a tres horas; ésta es una manifestación temprana de la enfermedad y puede observarse como pródromo de la misma); todo lo anterior se acompaña a menudo de una “sensación de elación” (éxtasis) y de “sentirse mejor que nunca”. Si la manía progresa, el sentido del humor (el paciente cuenta o hace bromas todo el tiempo) puede transformarse en irritabilidad y agresión. El lenguaje tiene un deterioro gradual, que va desde presión en el habla, asociaciones por consonancia (una especie de rimas), hasta fragmentos de palabras unidas entre sí. El sentirse bien, puede escalar hasta convertirse en un sentimiento de grandeza; en esta forma extrema el paciente puede experimentar un brote psicótico, en el que la pérdida de juicio se caracteriza por ideas delirantes de grandeza, megalomaniacas o paranoides (“soy el heredero de una gran fortuna”; “soy inmortal”; “tengo poderes y una misión especial en esta vida”).

Los cuadros de depresión bipolar son indistinguibles de las depresiones unipolares (depresiones mayores antes comentadas), con la diferencia de que pueden ser de menor duración y más frecuentes. Existen formas en las que los pacientes tienen alternancia rápida (de 48 a 72 horas) entre manía y depresión y se les denomina cicladores rápidos (éstos presentan más de 4 episodios en 12 meses).

Los episodios de manía o depresión son autolimitados, con una duración promedio de tres a nueve meses. Sin embargo, a medida que los pacientes envejecen, los episodios suelen ocurrir con mayor frecuencia. La mayoría de los bipolares cursan sin síntomas durante las fases de eutimia. Un individuo con un cuadro de manía tiene 80% de posibilidades de recurrencia a lo largo de su vida; cada reactivación del cuadro va seguida de un profundo deterioro de las relaciones interpersonales en los núcleos familiar, laboral y escolar. Este grupo de individuos tiene una gran incidencia de suicidios.

Existen cada vez más evidencias que apoyan el que las alteraciones afectivas, y en especial la depresión mayor, son neurodegenerativas lentas. Existe una disminución en el número de células en el hipocampo y una mayor facilidad para que se presenten nuevos episodios de depresión mayor, más severos, algunos de los cuales llegan a ser del tipo conocido como depresiones resistentes. De ahí la importancia que el paciente continúe tomando medicamentos antidepresivos por largo tiempo, con lo que se limita de manera significativa la neurodegeneración.



Dr. Félix Aranday Cortés


Episodio Maniaco




A. Un período diferenciado de un estado de ánimo anormal y persistentemente elevado, expansivo o irritable, que dura al menos 1 semana (o cualquier duración si es necesaria la hospitalización).

B. Durante el período de alteración del estado de ánimo han persistido tres (o más) de los siguientes síntomas (cuatro si el estado de ánimo es sólo irritable) y ha habido en un grado significativo:

1. autoestima exagerada o grandiosidad

2. disminución de la necesidad de dormir (p. ej., se siente descansado tras sólo 3 horas de sueño)

3. más hablador de lo habitual o verborreico

4. fuga de ideas o experiencia subjetiva de que el pensamiento está acelerado

5. distraibilidad (p. ej., la atención se desvía demasiado fácilmente hacia estímulos externos banales o irrelevantes)

6. aumento de la actividad intencionada (ya sea socialmente, en el trabajo o los estudios, o sexualmente) o agitación psicomotora

7. implicación excesiva en actividades placenteras que tienen un alto potencial para producir consecuencias graves (p. ej., enzarzarse en compras irrefrenables, indiscreciones sexuales o inversiones económicas alocadas)

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Divorcio: Fase de conciliación - Escucha




Los conflictos son inherentes al desarrollo de los seres humanos. No existe crecimiento si se evade o se niega. Un gran error es considerar el conflicto como sinónimo de pelea, o aproximarnos a un problema previendo que la única forma de solución es a través de una confrontación hostil donde uno pierde y el otro gana.

En general existen cuatro grandes vías para resolver los conflictos: la mediación, la negociación, el referendo y la conciliación. Para instrumentar cualquier solución, es necesario establecer condiciones equitativas para mantener un diálogo sostenido, comprensivo, suficiente y orientado a modificar las relaciones conflictivas entre los actores. Sanear la comunicación es la piedra angular. Sin