“The dead lay in pools of maroon below
daddy didnt give attention
to the fact that mommy didnt care
king Jeremy the wicked, oh, ruled his world”
Perl Jam[1]
Preludio Conclusión de la primera parte. En mayor ó menor medida, todos los seres humanos constantemente buscamos algo y a alguien mejor. Para ello empleamos estrategias triangulares concientes e inconscientes. Divorcio. Parte 1 Conclusión de la segunda parte. Los humanos somos voraces. Es nuestra meta genética. Durante el proceso de separación se expresa el egoísmo como premisa fundamental. Divorcio. Parte 2 Conclusión de la tercera parte. La reestructura del rol de género a la par de factores económicos, políticos y sociales golpean fuertemente la construcción de la pareja evidenciando la separación y el abandono como parte del colapso institucional. Divorcio. Parte 3 Hijos El ser humano necesita de un par significativo para crecer y desarrollarse. Llámese papá y mamá, mamá y mamá o papá y papá, a fin de cuentas el afecto y la contención son fuerzas protectoras asexuadas. Los hijos establecen una relación de compromiso que afirma a la pareja y crea una familia que cursa por distintos ciclos según la edad y los requerimientos de sus miembros. En esta orientación la familia es la institución social básica que establece determinados atributos colectivamente articulados y adoptados social y culturalmente. Estos atributos actúan como matriz que le permite al hombre y a la mujer integrar dos categorías distintas y separadas, pero a la vez integradas al grupo social de pertenencia. A través de estas categorías, antropológicamente, se asignan tareas, se adquieren hábitos y experiencia en el desempeño de las mismas, se organiza el conocimiento y se asegura la supervivencia. Lo que le otorga al ser humano sentido y significado colectivo, comunitario y social, establece límites en su actuar, lo determina y afirma y abre una amplia gama de posibilidades socialmente esperadas y demandadas. Estos constructos son dinámicos, por lo que se conforman a la cultura generacional de los miembros de la familia y en específico a cada grupo social, de acuerdo con la época, la construcción e interpretación de la realidad. Considero que en este momento, atendiendo al planteamiento de orden filosófico previo, hoy tendríamos que revisar a la luz del siglo XXI el surgimiento de la nueva mujer y del nuevo hombre en un contexto de la dinámica actual de género, que revisamos en los ensayos previos, con el propósito de comprender la problemática que queda en la obscuridad por no desarrollar horizontes de comprensión multidisciplinarios. En los Méxicos que vivimos rigen ciertas premisas socioculturales que la historia va pasando de una generación familiar a otra. Es diametralmente opuesto Ser Hijo de una familia que habita el norte, centro o sur de la república; así mismo varía con respecto a vivir en un municipio, cabecera estatal o en el Distrito Federal. Independientemente las la localización geopolítica las premisas donde el Hombre provee y manda y la mujer se somete y educa parecieran ya no ser vigentes. Considerando esta amalgama, de manera simplista y grotesca, podemos observar lo que las telenovelas (de Televisa por ejemplo) retratan de la configuración y el rompimiento de la pareja como algo fácil y cotidiano. Así entonces, vamos adquiriendo nuevos modelos que nos llegan de un medio masivo y nos indican que la familia es “desechable”. Las dificultades y roces de la pareja, van haciendo que ésta pase de la armonía a las dificultades y a la ruptura, cuando se esperaría que estos problemas fueran superados y permitan el aprendizaje y el crecimiento de los miembros y los lleven a transitar un nuevo ciclo de armonía. No obstante, cuando los problemas son más frecuentes y comunes que la armonía, puede deteriorarse tanto la relación hasta que la pareja decide separarse (Rage, 1998). Sinceramente en los años que tengo de ejercicio jamás he visto un “Divorcio Civilizado”, anecdóticamente se que existen, sin embargo en mi experiencia un “divorcio” es como pegarle a la piñata hasta que reviente y después saltar sobre lo que hay o lo que quede. Esta conducta no es privativa al sexo sino a la colusión y a la genética egoísta en sí misma. La crisis no sólo impacta a la pareja, sino que enfrenta a las familias y afecta a los hijos, que no saben qué hacer y qué está pasando entre sus padres. Los especialistas en pareja (Gurrola, 1999), indican que las diferencias y problemas más frecuentes en esta etapa de conflicto hasta que llega el divorcio incluyen el poder por los hijos, el jaleo por lo material (dinero, muebles, bienes), las condiciones que operarán entre la pareja y los hijos después del divorcio y obviamente, la dificultad que experimenta la pareja para poder pelear entre sí, en donde regularmente aplica la filosofía de “ganar-perder”. Desarticular esta dinámica agresiva es complicado pues lo primero que se fractura en una familia en crisis es la comunicación entre la pareja. Aislados por este silencio rencilloso, pareciera que entre el amor mal entendido, los resentimientos, las dificultades mayores y la ruptura, se trata de que cada uno de los miembros de la pareja haga al otro el mayor daño posible, que se lleve consigo lo peor de experiencia y que cada uno demuestre que es poseedor de la razón absoluta lo que lo enviste con el derecho de ejercer crueldad contra quien alguna vez se creyó amar tanto, pero ya no. Aunque ninguna experiencia ni libro nos enseña a vivir con otro y a mantenerse como “pareja de padres” cuando la relación se deteriora la Mtra. Patricia Balcázar[2] recomienda los siguientes límites:
Las anteriores consideraciones puestas en 18 puntos, no son sencillas, requieren que el ser humano niegue su naturaleza egoísta y cambie el paradigma rector de “perdedor – ganador”, por el de “ganar – ganar” al paso del tiempo sus hijos contarán con dos seres significativos que son capaces de proveer cuidado y cariño por sobre su naturaleza egoísta y predadora. Agradeceré sus observaciones, comentarios y preguntas a la serie de "Divorcio" para abordarlas en la conclusión final. La Ilustración pertenece a la colección de LeLarve: “ONE” No está en venta http://lelarve.blogspot.com/ [1] http://www.youtube.com/watch?v=f0MX4vBWzNk [2] DÍAZ-GUERRERO, R. (1996). Psicología del mexicano. México, trillas. Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informatica (INEGI). GURROLA, G. M. (1999). El divorcio como crisis y su afrontamiento en los hijos. Cuadernos de investigación de la UAEM. México, Universidad Autónoma del Estado de México. RAGE, E. (1998). El ciclo vital de la pareja. México, Universidad Iberoamericana. |
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miércoles, 24 de noviembre de 2010
Divorcio. Parte 4: Hijos
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1 comentario :
si... siempre al llegar la separacion la principal duda es como manejar ya no digamos la educacion, la estabilidad emocional de nuestros hijos, que se le compra, que no, a que se le acostumbra, como debe dormir, valores... ponerse de acuerdo en los criterios para guiarle... y las culpas son grandes....
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