La terapia del apapacho y la sobadita de lomo hace de los adictos pacientes profesionales. Se requiere acotar su comportamiento y establecer paradojas personales para que modifiquen su conducta adictiva. Más del 80% de los individuos que sufren adicciones fallan en su tratamiento ya que manifiestan alteraciones neurológicas que alteran la capacidad de insigth y presentan disminución de la conciencia de sí mismo lo que les impide evaluar la severidad de su trastorno. Una revisión exhaustiva de literatura científica al respecto reporta alteraciones en: a)La ínsula que contribuye a funciones como la interocepción, la conciencia de sí mismo y activa la apetencia incontrolable por las drogas. b)El cíngulo anterior que contribuye a funciones como el automonitoreo, la capacidad de selección de lo que es conveniente para su organismo (lo que establece una seria desventaja en las personas que abusan de sustancias psicoactivas ya que por más daño que provoquen no dejarán de consumirlas). c)El núcleo estriado dorsal que participa en la formación de hábitos. El daño de estos circuitos neuronales interrumpe señales que habitualmente le indican la existencia de problemas en los seres humanos, por lo que sus conductas autodestructivas pueden llegar a no preocuparles en lo más mínimo. Emocionalmente no comprenden las implicaciones de su situación y no establecen contacto con el daño que genera las consecuencias de dichas conductas. Cognitivamente el proceso de pensamiento, aprendizaje, reconocimiento y memoria está alterado por lo que son incapaces de aprender de las consecuencias del consumo de sustancias. Para incrementar la eficacia del tratamiento de los trastornos afectivos es necesario identificar si existe presencia de estas lesiones. Posteriormente se busca la corrección farmacológica y se establece un tratamiento psicoterapéutico que consiste en asociar la emoción a la cognición, lo que en la mayor parte de los casos genera angustia, pues es complicado comprender el grado de daño que se han y han causado. Una vez que el paciente abandona su zona de confort se sella el camino de regreso a ella a través de hábitos de vida, conciencia situacional y reconocimiento emocional, de sí mismos y del medio. Logrado esto último, se suspende el tratamiento farmacológico y en algunos casos el individuo puede acceder nuevamente al consumo de sustancias de una forma controlada. La dificultad de este tipo de tratamiento es que las personas que consumen sustancias lo hacen por el placer que estas generan y muchas veces no toleran “la fase desapaciguadora” inicial del tratamiento. Bien decía mi abuela “no hay borracho que trague lumbre” ni codependiente que se lo permita. Dr. Félix Aranday Cortés Psiquiatra especialista en adicciones |
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jueves, 17 de diciembre de 2009
Terapia desapaciguante para el tratamiento de los trastornos adictivos.
martes, 15 de diciembre de 2009
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS ES INEFICAZ ANTE EL PANORAMA ADICTOLÓGICO MEXICANO
El programa de los 12 pasos que plantea la abstinencia como “cura” se aleja del estilo de vida del 75% de los mexicanos
En México existen más Grupos de Alcohólicos Anónimos (AA) que Iglesias Católicas. Esto se interpreta desde dos vertientes. La primera, el grave problema de salud publica que ha representado el alcoholismo desde el siglo pasado y la incapacidad de las instituciones de asistencia pública para atender esta grave emergencia. Ante ello, la población civil se organizó y generó estos grupos de autoayuda que le hicieron frente al problema. Desgraciadamente actualmente el alcoholismo es la principal causa de muerte en adolescentes y adultos jóvenes.
La reciente Encuesta Nacional de Adicciones reporta que los Grupos de AA son el primer contacto de personas que reconocen tener problemas con su forma de beber. Antes de ir al médico ó a alguna instancia de salud mental acuden a un grupo de autoayuda, y solo el 15% permanece dentro del programa. ¿Qué sucede? McLellan en el 2000 reporta que el principal problema de los grupos de 12 pasos es que el programa promueve tres condicionantes para formar parte del grupo: aculturación, adopción de dogmas espirituales y altruismo. Estos condicionantes muchas veces no son congruentes con la realidad de los usuarios y mucho menos con la realidad socioeconómica de nuestro país. Por ejemplo, en México, desgraciadamente muchos de los grandes negocios, acuerdos y ascensos “se cierran en las cantinas” y ello segrega a los nuevos usuarios (aquellos que tienen menos de tres meses en el programa), que decir de las ofertas de diversión nocturna y formación de redes sociales.
AA como comunidad es un método que funciona ya que promueve cambios en el carácter de los que asisten regularmente, sin embargo estos cambios dependen de que los usuarios sigan asistiendo. Actualmente existen nuevas opciones de tratamiento que no se basan en la abstinencia ni en la sectarización como cura, si no que ponen énfasis en solucionar lo motivos que llevan al sujeto a abusar de sustancias, en el cambio de conductas que llevan al consumo compulsivo y a la detección de trastornos como la depresión y la ansiedad que refuerzan el alcoholismo. Estos tratamientos con bases medicas neuropsicológicas tienen el objetivo de integrar al individuo libremente a un mundo real donde pueda desarrollar su potencial plenamente.
No abandones tu estilo de vida, nosotros te ayudamos a convivir con seguridad….
Dr. Félix Aranday Cortés
Psiquiatra especialista en adicciones
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55646268 y 55741068
jueves, 26 de noviembre de 2009
DISPLACER
La mayor parte de los estudios clínicos han descrito la relación existente entre maltrato infantil, la depresión y la ansiedad. La mayoría de estas investigaciones se centran en el abuso sexual y el maltrato físico, sin embargo el abandono, la negligencia, la sobreprotección, historia de abuso emocional y verbal (humillaciones, frustración ante dobles mensajes, situaciones en las que el menor es expuesto frente a otros a burlas, avergonzado intencionalmente etc) generan alteraciones en la expresión genética que modifica de forma permanente la capacidad neurológica para regular el afecto, la ansiedad y el control de impulsos. De los factores enunciados en el párrafo anterior, la historia de abuso emocional se asocia específicamente con un estilo de afrontamiento depresivo, lo que hace referencia, a una estructura de pensamiento ineficiente caracterizado por respuestas desadaptativas o ineficaces ante las vicisitudes cotidianas. El estilo de afrontamiento depresivo se manifiesta por estrategias como la rumiación, evitación, desesperanza, autoconmiseración y culpígeno. Es un sistema cognitivo que durante las sesiones de psicoterapia se puede identificar con alguna de las siguientes frases: “lo que voy a decir va a sonar tonto…” “soy un estúpido” “nunca puedo hacer nada bien”, cuando esto sucede se intuye que en el desarrollo emocional de esta persona, alguien que él consideraba significativo le decía – ¡No digas tonterías¡ -, – “¡eres un estúpido! –, - ¿qué nunca puedes hacer nada bien?- En otras ocasiones los pacientes manifiestan una vergüenza casi angustiante al definir sus estados emocionales ó aplican la clásica frase “es que si le digo me va a regañar”. Todo ello son reminiscencias de un profundo sufrimiento psíquico en fases vulnerables del desarrollo. En esta situación se genera un profundo sentimiento de culpa y vergüenza y ambas matan la capacidad de logro, autoabastecimiento emocional y la capacidad de verbalización y fantasía infantil. Esto favorece una programación defensiva para sobrevivir, pues el cerebro no es capaz de diferenciar el dolor psíquico del físico. Para los niños es lo mismo lastimarlos físicamente que exponerlos ante el salón de clases nombrándolos “burro”.
Ante esta situación nuestra respuesta amigdalina responde y refuerza una de las siguientes respuestas: huir, someterse o atacar con rigidez operativa. Por ello la ineficacia y el fracaso adaptativo. Recordemos que entre más flexible es un material más soporta la deformación con la capacidad de regresar a su estado previo, a la inversa, entre más rígida es la respuesta más vulnerable es el sistema, más culpa y vergüenza produce, lo que se transforma en angustia y menos capacidad de resistencia ante los embates del medio.
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Sentir sintiendo
¿Cuándo nacemos tenemos “conciencia” de nuestra vulnerabilidad?
¿Un bebé “sabe” que depende de una mamá (un-otro) para no morir de hambre?
¿Cómo se siente el cuerpo del recién nacido sometido a las fuerzas ambientales: gravedad, frío, calor, fricción, irritación?
El cerebro de un neonato inicialmente escanea todo el organismo y lo “reconoce reconociendo” el hardware:
Este hardware, con sus sistemas central y periférico, recoge información para tener la mayor parte de los elementos que lo forman, adquirir información y “explicarse” lo que está sucediendo. Identifica las sensaciones y las clasifica en un sistema binario cibernético primario: sensaciones placenteras (0) y displacenteras (1).
Imaginen que cada segundo se generan miles y millones de códigos de barra virtuales (información) que se almacenan en la memoria, se sistematiza y jerarquiza para explicar “lo que se siente sentir” en esta nueva experiencia fuera del útero.
En sus observaciones Klein, le llamó a este sistema binario Yo-primitivo, constitucionalmente adquirido. Como un programa (software) cargado instantáneamente y encargado de las primeras operaciones de sobrevivencia en este nuevo ambiente (ella las denominó operaciones defensivas). Así el bebé genera dos movimientos, placer = aproximación (1+) y displacer = rechazo (0-). Sobre esta base sabemos que el ser humano desarrolla una Matrix fundamental que va a servir de plataforma para cargar el resto de la programación.
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lunes, 23 de noviembre de 2009
Génesis 1.1
Cuando el ser humano nace para su neurodesarrollo requiere de dos condiciones primordiales:
Agruparse: Todos venimos a este complejo ambiente externo (mundo) en un estado de total desamparo, que si una persona adulta (- otro, u - otros) no se hiciera cargo inmediatamente de nosotros, no satisficiera nuestras necesidades diarias y nos protegiera, no podríamos sobrevivir.
Motivación-movimiento: Un recién nacido nada puede hacer por sí mismo por lo que es menester que establezca interacciones que lo ayuden a adquirir técnicas de adaptación, defensa y dominio.
Como lo fijamos anteriormente, desde el punto de vista evolutivo la primera condición se cumple cuando el ser humano se agrupa, ya que requiere la habilidad para comprender y predecir conductas, emociones, pensamientos, intenciones y creencias de quienes le rodean. A esto se refiere el concepto de ‘teoría de la mente’ (ToM). A la habilidad de un sistema cognitivo para conocer los contenidos de otro sistema cognitivo diferente de aquel con el que se lleva a cabo dicho conocimiento[i] Desde que Wimmer (Maxi Task)[ii], Perner (Maxi Task simplificada)[iii] y Baron-Cohen (tarea de Sally y Ana[1])[iv] idearon pruebas de comprensión de creencias falsas éstas han sido utilizadas para evaluar la ToM. Según estos autores, la mayoría de los niños entre 3.5 y 4 años logran realizar sin dificultad estas tareas, mientras que menores de 3 años y pacientes autistas las hacen al azar. Los resultados obtenidos en pacientes autistas se replicaron y se consideró que el déficit específico se centra en los procesos de metarepresentación, es decir, el pensar sobre pensamientos de otro, lo que impide el desarrollo de la ToM. Para Scholl y cols[v] la ToM es una capacidad modular que puede adquirirse de formas diferenciadas, abarca la existencia de un módulo genéticamente determinado que es activado por los estímulos ambientales y es ‘cognitivamente penetrable’ por el razonamiento, la comprensión de los estados mentales (muy relacionado con el concepto de memoria de trabajo) y la que defiende la relación entre la ejecución en las creencias de primer y segundo orden y el control ejecutivo.
La teoría de los constructos personales (TCP) integra los postulados de la ToM y parte de la hipótesis de que el cerebro humano construye teorías informales para interpretar, organizar y anticipar un amplio rango de experiencias. El individuo construye el mundo y su realidad personal por medio de “constructos” que son dimensiones bipolares de significado, que forman un conjunto estructurado de conocimiento que posee el individuo para entender y anticipar su mundo de experiencia. Los constructos permiten la captación simultánea de similitudes y diferencias y tienen la doble función de procesar la información que llega a los sentidos y de anticipar los acontecimientos futuros, permitiéndole a la persona aumentar la predictibilidad de su entorno. Los constructos no son dimensiones aisladas, sino que están organizados jerárquicamente en un sistema (red de constructos) en el cual hay constructos supraordenados que juegan un papel central en la construcción del self y en la organización de todo el sistema. Estos constructos son nucleares puesto que definen la identidad del individuo dando además sentido a sus acciones y sentimientos[vi].
Agruparse: Todos venimos a este complejo ambiente externo (mundo) en un estado de total desamparo, que si una persona adulta (- otro, u - otros) no se hiciera cargo inmediatamente de nosotros, no satisficiera nuestras necesidades diarias y nos protegiera, no podríamos sobrevivir.
Motivación-movimiento: Un recién nacido nada puede hacer por sí mismo por lo que es menester que establezca interacciones que lo ayuden a adquirir técnicas de adaptación, defensa y dominio.
Como lo fijamos anteriormente, desde el punto de vista evolutivo la primera condición se cumple cuando el ser humano se agrupa, ya que requiere la habilidad para comprender y predecir conductas, emociones, pensamientos, intenciones y creencias de quienes le rodean. A esto se refiere el concepto de ‘teoría de la mente’ (ToM). A la habilidad de un sistema cognitivo para conocer los contenidos de otro sistema cognitivo diferente de aquel con el que se lleva a cabo dicho conocimiento[i] Desde que Wimmer (Maxi Task)[ii], Perner (Maxi Task simplificada)[iii] y Baron-Cohen (tarea de Sally y Ana[1])[iv] idearon pruebas de comprensión de creencias falsas éstas han sido utilizadas para evaluar la ToM. Según estos autores, la mayoría de los niños entre 3.5 y 4 años logran realizar sin dificultad estas tareas, mientras que menores de 3 años y pacientes autistas las hacen al azar. Los resultados obtenidos en pacientes autistas se replicaron y se consideró que el déficit específico se centra en los procesos de metarepresentación, es decir, el pensar sobre pensamientos de otro, lo que impide el desarrollo de la ToM. Para Scholl y cols[v] la ToM es una capacidad modular que puede adquirirse de formas diferenciadas, abarca la existencia de un módulo genéticamente determinado que es activado por los estímulos ambientales y es ‘cognitivamente penetrable’ por el razonamiento, la comprensión de los estados mentales (muy relacionado con el concepto de memoria de trabajo) y la que defiende la relación entre la ejecución en las creencias de primer y segundo orden y el control ejecutivo.
La teoría de los constructos personales (TCP) integra los postulados de la ToM y parte de la hipótesis de que el cerebro humano construye teorías informales para interpretar, organizar y anticipar un amplio rango de experiencias. El individuo construye el mundo y su realidad personal por medio de “constructos” que son dimensiones bipolares de significado, que forman un conjunto estructurado de conocimiento que posee el individuo para entender y anticipar su mundo de experiencia. Los constructos permiten la captación simultánea de similitudes y diferencias y tienen la doble función de procesar la información que llega a los sentidos y de anticipar los acontecimientos futuros, permitiéndole a la persona aumentar la predictibilidad de su entorno. Los constructos no son dimensiones aisladas, sino que están organizados jerárquicamente en un sistema (red de constructos) en el cual hay constructos supraordenados que juegan un papel central en la construcción del self y en la organización de todo el sistema. Estos constructos son nucleares puesto que definen la identidad del individuo dando además sentido a sus acciones y sentimientos[vi].
Al respecto de la segunda condición, es necesario recordar que el cerebro es un sistema cibernético que maneja distintos tipos de información que en general provienen del ambiente externo y del medio interno. La información que proviene del ambiente interno se divide en información orgánica propiamente dicha e información psíquica. La función del sistema nervioso central básicamente es captar la información, codificarla y trasmitirla a los centros de procesamiento para discriminarla, sistematizarla y planear una respuesta a los estímulos, predecir los resultados y reducir la incertidumbre del entorno. El concepto de ‘funciones ejecutivas’ se refiere a la capacidad de establecer soluciones motoras a los distintos estímulos ambientales llevando a cabo la predicción de las consecuencias a cada una de las soluciones imaginadas. A este respecto como cita Rizzolati
“Es raro que las cosas nos parezcan sólo alcanzables o inalcanzables, asibles con la mano o con la boca, con este o con algún tipo de agarre. Las más de las veces encierran un peligro o una oportunidad, son motivo de repudio o atracción, de miedo o estupor, de repugnancia o interés. De dolor o de placer, etc. Lo propio cabe decir de las persona con las que nos encontramos: sus comportamientos no nos encarnan solamente determinadas tipologías de actos, sino que a menudo provocan también en nosotros rabia, odio, terror, admiración, compasión, esperanza, etc. Tanto si se traducen en un sentimiento consiente - o no – y zarandean nuestro cuerpo de manera explícita y reconocible como si produciesen únicamente reacciones fisiológicas internas, las emociones ofrecen a nuestro cerebro un instrumento esencial para orientarse entre las innumeras informaciones sensoriales y poner en marcha automáticamente las respuestas más oportunas, es decir las adecuadas para fomentar la supervivencia y el bienestar de nuestro organismo….”
Diversas teorías tanto filosóficas como psicológicas, han contribuido enormemente al estudio de las emociones, entre ellas las más relevantes son la teoría del sentimiento (Descartes, Hume, James), la conductista (Fodor, Watson, Skinner) y Psicoanalítica (Freud) que coinciden en mayor o en menor medida con los elementos constructivos mencionados anteriormente en la cita de Rizzolatti desde distintas perspectivas epistemológicas. Para ellos se requiere de las neuronas en espejo y de las neuronas piramidales que abordaremos más adelante.
[1] En este test, el niño ve a Sally (una muñeca) que esconde una canica en su cesta y se va; a continuación, Ana cambia la canica a su propia cesta. Al niño se le hacen preguntas de control de la memoria y la pregunta clave del test, que es ‘¿Dónde buscará Sally la canica?’.
[i] Premack D, Woodruff G. Does chimpanzee have a theory of mind? Behav Brain Sci 1978; 4: 9-30.
[ii] Wimmer H, Perner J. Beliefs about beliefs: representation and constraining function of wrong beliefs in young children’s understanding of deception. Cognition 1983; 13: 103-28.
[iii] Perner J, Leekam S,Wimmer H. Three-years-olds’ difficulty with false belief. Br J Dev Psychol 1994; 5: 125-37.
[iv] Baron-Cohen S, Leslie AM, Frith U. Does the autistic child have a ‘theory of mind’? Cognition 1985; 21: 37-46.
[v] Scholl BJ, Leslie AM. Minds, modules, and meta-analysis. Child Dev 2001; 72: 696-701.
[vi] Kelly G. A. Psicología de los constructos personales: Textos escogidos (B. Maher, compilación en inglés; G. Feixas, editor). Barcelona: Paidós. 2001.
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