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sábado, 4 de abril de 2020

La Quintaesencia de la cuarentena



Tras fundar el venenoso panfleto Quintaesencia que anidabavirulentas sátiras en contra de Luis XV y sus regentes, en mayo de 1717 Voltaire fue recluido en la cruenta prisión de la Bastilla.

Las crónicas cuentan que durante el encierro Voltaire nunca estuvo ocioso ni deprimido, a pesar que desde niño su salud siempre fue precaria, no existe registro siquiera de un resfriado o visita a la enfermería. Pasaba la mayor parte del tiempo bajo la luz de una vela de cebo redactando la “Henriade” poema épico del liberalismo realista. 

A propósito de la cuarentena que nos impone el COVID 19, esta viñeta me da el respaldo y la oportunidad para señalar que el tiempo sumido en el encierro impacta de manera brutal, hace brotar a borbotones los “Supuestos Básicos” y logra de forma absoluta impactar al sujeto ante el real que sobrevivir no entraña ningún mérito  y mucho menos un significado. 

Inmersos en esta sociedad voraz, competitiva y envidiosa, en la que solo se considera valioso lo que se percibe como escaso, se reparte de forma desigual y consume de forma inmediata, la ausencia del Otro, que antier le era insoportable, hoy su mirada inefable se anhela como un articulo de primera necesidad. El Otro que antaño nos observaba a hurtadillas impregnándonos de lascivia obsequiándonos la certeza del deseo, hoy ausente representa un insostenible vacío en el pecho e insondablemente nos admitimos esclavos de su lasciva mirada.

El lastre no es el encierro, el terror no lo encarna el estallido macroeconómico y los grandes capitales de los que nunca nos hemos beneficiado. El apocalipsis lo magra el espejo frente al cual el sujeto hace real que carece de asuntos creativos en los cuales apuntalar, ocupar y significar su existencia. El encierro reduce al Ser a la absoluta certeza de su vulnerabilidad, lo deja a un lado, varado, tiritando de frio consiente que algún día, no sabe cómo ni con que pretexto, morirá…

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