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martes, 7 de abril de 2015

Preludio al libro de Job


El libro de Job es clasificado como libro poético, didáctico y sapiencial.

Poético por el uso de metáforas, imágenes, signos y símbolos que construyen la proyección del sentimiento estético, a través de la métrica, el ritmo y la estructura. Los libros Poéticos no pretenden establecer un curso cronológico sino analógico de la realidad.

El libro de Job se considera Didáctico porque está diseñado para instruir, enseñar o adoctrinar. Procura facilitar la adquisición y jerarquización de la información y favorecer los procesos de comprensión, imaginación, problematización y aprendizaje. No siempre persigue la conclusión unívoca sino el planteamiento multidimensional e hipercomplejo de un fenómeno o resolver una hipótesis con el planteamiento de un nuevo problema.

Se considera Sapiencial pues compila el conocimiento cultural, social, político, religioso y espiritual, obtenido a través de un tiempo determinado (años, décadas o siglos) por el autor o por un grupo. Persigue preservar y transmitir la “sabiduría” (conocimiento + experiencia) de una generación a la otra.

El Libro de Job polariza lo efímero de la experiencia humana. Trata sobre estados fugaces como lo es la abundancia y la pobreza; la salud y la enfermedad; la vida y la muerte; el dolor y el placer; el estigma y la dignidad; la paciencia y la desesperación; el cobijo y el abandono.

Plantea una trama compleja a través de siete personajes (Jehová, Satanás, Job su esposa, Eliú y sus tres amigos: Elifaz, Zofar y Bildad) en los cuales los roles se yuxtaponen y recaen sobre el personaje central Job: “hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal”. Se presenta a Job como un rico oriental, y no se trataba de cualquier rico oriental, sino del más rico de los orientales de Uz. Al que por iniciativa de Satanás y con el consentimiento de Dios, es probado duramente con la pérdida de sus riquezas, la destrucción de su familia y la amenaza de su propia vida. Sobre el que cae lepra considerada un estigma de impureza, una maldición proverbial que lo segrega, lo atormenta y lo aísla.

A través del debilitamiento que imprime el sufrimiento sobre Job se plantean tres discursos, tres disputas: El cuestionamiento de la voluntad de Dios sobre la naturaleza humana. La impronta de la vergüenza y la culpa ante el estigma de la enfermedad de Job y la reivindicación del justo y el inocente.

Teológicamente junto con Eclesiastés me impresionan como dos de los libros más complejos de las Sagradas Escrituras, confrontan y conflictuan. 


Dr. Félix Aranday Cortés.


La ilustración:
de William Blake

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