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jueves, 25 de julio de 2013

La emergencia de la mujer frente al cambio simbólico de la figura masculina

Los malestares de la mujer desde el psinoanálisis, conclusión








“Siempre puede decirse que los símbolos son semblantes, o construcciones: es una construcción nuestra la idea del tiempo, del espacio, de la política; etcétera; construcciones que empezaron y que pueden terminar” Jacques-Alain Miller. 



Podemos partir de la idea de que la situación a la que se enfrentan hoy en día hombres y mujeres es distinta a las anteriores, las construcciones creadas socialmente a partir de la figura del hombre como representante de la autoridad han perdido vigencia, el hombre no ocupa más un lugar privilegiado en la jerarquía. Mujeres y hombres están colocados en el mismo nivel en las diferentes esferas de la vida social, política, económica, familiar, laboral y de poder, orientándonos por el plano simbólico. 



Como resultado de este cambio el hombre está desubicado, se encuentra en una igualación con la posición de la mujer que como efecto produce la adopción de una actitud que previamente estaba asociada con lo femenino, ahora ya no actúa como el que organiza, ordena o sirve como punto de referencia, frente al lugar que antes ocupaba ahora este representa un declive, que lo obligará a tener que crear y construir una postura diferente, esa es

la apuesta para el hombre, sin embargo por ahora solamente contemplamos el final del lugar simbólico que el hombre alguna vez ocupó. 


Por su parte la mujer emerge y demuestra que puede ser exitosa en cualquier ámbito que se proponga incluso aquellos alguna vez conquistados por el hombre, pero eso no se traduce en el bienestar emocional que era parte de la aspiración que contribuyó a modificar su rol en lo social, como consecuencia la mujer recibe los efectos de la desubicación del hombre, porque ahora ya no es su respaldo. 



El hombre no actúa como el soporte de la mujer, ante este escenario es la mujer la que tiene el poder de crear un panorama diferente, ella marca la pauta, este siglo está representado por una conquista por lo femenino. Es poseedora de un potencial sin límite, que la puede conducir a su plenitud siempre y cuando ella sea capaz de sostener y crear una ética, lo que implica que pueda a través de está introducir al hombre en una dinámica distinta y llevarlo a reivindicar su posición. 



Si se presenta como expectativa el bienestar emocional de la mujer, es el psicoanálisis la mejor alternativa, solamente a través de la mirada del analista es posible ordenar desde la subjetividad el desorden representado por lo simbólico. 



Referencia Bibliográfica: Miller, J. (2012, 7 de mayo) “Lacan decía que las mejores analistas eran mujeres. Y también las peores”. Recuperado el día 25 de julio del 2013, *Imagen: Adán y Eva. Alberto Durero (1507)

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