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jueves, 18 de marzo de 2010

Los 10 mandamientos del crack: Décimo


NO CODICIARÁS DROGAS AJENAS


“Nos juntamos varios y nos comprábamos unas piedrototas ... y empezábamos a fumar. Métele y métele…. Le dábamos durísimo…. nos pasábamos la pipa, pero sólo se trataba de meterle más y más… volteabas y veías como le fumaba el otro y como sí se la fuera a acabar... cuando daba la vuelta le pegabas más y más duro… era puro pinche egoísmo y algunas veces se armaban los putazos…”

En estudios con roedores, a los que inicialmente se les habitúa al consumo de cocaína y posteriormente se les raciona, manifiestan conductas extremadamente violentas dirigidas a la lucha por asegurar la sustancia. Cuando se suprime la administración entran a una fase de abstinencia y la lucha se vuelve encarnizada, algunos especímenes llegan a arrancarse las patas a mordidas, automutilarse miembros completos e incluso muestran canibalismo, con tal de asegurar el acceso a la cocaína.

En humanos, esta conducta se observa en los motines penitenciarios que se presentan después de que las “autoridades le cierran la llave” a la droga. Durante estos levantamientos, los sujetos con dependencia a cocaína muestran conductas más agresivas que aquellos que no son adictos. Esto se debe a la hiperactivación de la amígdala, núcleo de sistema límbico cerebral que nos ayuda a regular la agresividad durante la defensa o el ataque. En la amígdala, en particular en los núcleos cortiocomediales necesarios para que pueda producirse una asociación entre los estímulos sensoriales y el afecto, se presenta una activación predominante, lo que genera un estado de desafectación (no muestran sentimientos de culpa o empatía), hiperagresividad y una "sed" exacerbada por la droga.

El sujeto bajo abstinencia a cocaína muestra dificultad para el reconocimiento de las expresiones faciales, por lo que juzga a los demás de maneras aberrantes y establece un impulso neurocognitivo codicioso por poseer la fuente del placer - Vive a los demás como enemigos capaces de quitarles la droga -, es decir mantienen un estado de combate en que cualquier persona compite por la sustancia como si fuera las última gota de agua en el desierto. Esto establece un estado de hipervigilancia y al disminuir los niveles de cocaína en la sangre se torna en un estado francamente paranoide (psicótico).

Por ello, los sujetos que consumen cocaína sienten que los demás los observan, los persiguen, manifiestan conductas como asomarse constantemente por la ventana para asegurase que están a salvo de la policía ("ventanitis") y son capaces de sacrificar trabajo, bienes y relaciones personales con tal de seguir consumiendo.

Como siempre agradeceré sus dudas y comentarios.


La Ilustración pertenece a la colección PRIVADA de LeLarve:
“CRACK”
Técnica mixta
Tamaño: 90x60cm.
Papel liberón 300gr.
No esta a la venta.




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